El movimiento que se ha dado en llamar 15 M ha puesto sobre el tapete el disgusto y la inquietud de una parte importante de la población que refleja el pensar y sentir de otras muchas personas que no están en las manifestaciones. La proverbial ceguera de los políticos se ha vuelto a poner en evidencia al NO DAR RESPUESTA, ni siquiera intentarlo, a todas estas personas que, hasta el momento se han comportado divinamente, en mi opinión, sin violencia ni agitación. Claro, esto se acaba y ahora lo que queda es mucho más incómodo y peligroso, ya que algunas personas de ese movimiento no se resignan a levantar campamentos sin más, y ahora si que empiezan a ocurrir cosas que no deberían, como los hechos de esta mañana en Barcelona a las puertas del Parlament. Señoras y señores que se dedican a la política, que como todos sabemos están al servicio de los ciudadanos: POR FAVOR, LEAN LA HISTORIA y recuerden cómo pueden terminar estas cosas.
Por descontado que todos los que participan del movimiento están abocados a dar pasos en la dirección de concretar propuestas y presentarlas donde corresponde, en una palabra, demostrar que pueden hacer algo más queocupar las plazas de nuestras ciudades. No queda otra si quieren que los tomen en serio.